Aunque parezca raro para algunos, masajear a tu gato puede tener muchas ventajas, tanto para el animal como para nosotros. Cuando masajeamos a nuestro gato fortalecemos el vínculo con nuestra bolita peluda mientras la calmamos, y gracias a su ronroneo (que tiene un gran efecto antiestrés en las personas) nosotros mejoraremos nuestra circulación sanguínea haciendo bajar la presión arterial, calmando nuestro cuerpo y mente. Y ya de paso podremos detectar lesiones o dolores que pueda padecer el gato mediante el tacto de nuestra mano. Para asegurarse de realizar los movimientos correctos, siga estas 5 sencillas técnicas de masaje.
1. Comience masajeando su cabeza
Para iniciar el masaje de su gato, siéntalo suavemente en el lugar donde prefiere que lo acaricien, generalmente en la cabeza y el cuello, con ligeros movimientos circulares. La parte superior y posterior de la cabeza, el contorno de las orejas y entre los dos ojos son áreas particularmente valoradas por nuestros compañeros felinos.
2. Desciende a lo largo de su cuerpo
Poco a poco, descienda a lo largo de todo su cuerpo masajeando sus hombros, costados, nalgas, siempre en pequeños círculos. En estas áreas, usted puede usar la palma de su mano y aplicar una ligera presión (¡Recuerde, ligera!)
3. Es hora de masajear su panza
El vientre es una de las zonas sensible de los gatos, pero si él está lo suficientemente relajado, tenderá a ponerse boca arriba para que usted pueda acariciarle el vientre. Tómelo con calma presionando suavemente las palmas de las manos sobre su pequeña pancita y pecho.
4. Prueba las piernas
Algunos gatos no toleran que les acaricien las piernas. Sin embargo, la zona entre las almohadillas es generalmente difícil de alcanzar para un gato, y sólo un buen masaje puede aliviar la picazón.
5. Concluya con la cola
La cola de un gato es también una parte muy sensible de su cuerpo. Para masajear a su gato en esta zona, coloque la cola entre ambas manos y deslice suavemente sus dedos desde la base hasta la punta. Si ves que su cola empieza a sacudirse, continúa el masaje en una parte de su cuerpo que sea más placentera para él.